CUMBRE DEL CLIMA COP21: ¿QUÉ FUTURO LE DEPARA AL PLANETA TIERRA?
Vamos a tratar de responder a una pregunta crucial: ¿qué futuro le depara al planeta Tierra? ¿Qué ocurrirá en cien, quinientos, o incluso dentro de miles de años?
Dos expertos intentarán responder a esta complicada cuestión, pero antes de ello vamos a ver a cómo las tecnologías espaciales han transformado nuestra forma de ver el planeta Tierra.
Cuando los primeros astronautas llegaron a la Luna, no pudieron evitarlo, y al mirar a la Tierra se maravillaron con la belleza de nuestro planeta. Allí había un punto azul… la Tierra. En las últimas décadas se han desarrollado muchísimo los satélites de observación terrestre en órbita, que han podido ofrecer a la ciencia una perspectiva única y la posibilidad de realizar mediciones precisas y regulares. Estos satélites observan cómo funciona nuestro planeta: su atmósfera, su vegetación, sus masas de hielo y agua. Hoy en día, cosas tan normales como observar la meteorología y saber cómo evoluciona el clima con una visión global… no serían posibles sin la tecnología espacial.
En Europa, se han unido esfuerzos, poniendo en cumún las experiencia de observación de la Tierra con la flota de satélites Sentinel.
Así se ha consolidado el trabajo de misiones anteriores gracias a un flujo constante y fiable de datos, dentro del marco del programa europeo Copérnico. El satélite Sentinel-3 es el más reciente y se pondrá en órbita dentro de unas semanas.
Gracias a esos instrumentos, podemos observar nuestro planeta, sí, pero ¿qué futuro le espera a nuestra Tierra?
Jean-Nöel Thépaut, meteorólogo del Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Plazo Medio, y Andrew Shepherd, profesor de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, nos responden.
¿Qué se sabe con certeza sobre lo que ocurrirá en la Tierra en el futuro?
Thépaut, que además es jefe del servicio sobre cambio climático del programa Copernicus en el Centro Europeo para Predicción Meteorológica, ECMWF, responde: “Me parece que es muy difícil para un científico estar totalmente seguro de ciertas cosas. Solemos decir que algo es probable, muy probable o lo más probable… Por ahora, lo que sabemos a ciencia cierta es lo que estamos viendo: es decir, que la temperatura ha aumentado, que el nivel del mar está subiendo, que las masas de hielo en el mar retroceden y que los glaciares se están derritiendo.”
¿Dentro de 100 años, existirán aún los glaciares del Polo Norte? ¿Quedarán osos polares?
“En base a lo que sabemos, las cosas serán muy diferentes en el hemisferio norte”, asegura Shepherd, que está especializado en la observación de la Tierra,en la Universidad de Leeds. “El hielo marino ha retrocedido en las últimas décadas. Eso lo sabemos a ciencia cierta. Las capas de hielo polares de la Antártida y de Groenlandia tienen el mismo aspecto desde el espacio, son enormes banquisas, solo que tendrán mucho menos hielo. Y ese hielo se convertirá en agua, los niveles del mar se elevarán. Y la gente tendrá que adaptarse a esos cambios”.
¿Cómo estar seguros de que las predicciones son correctas y de que tenemos la información necesaria sobre nuestro planeta?
Respecto a la observación de la Tierra, hemos visto que hay una gran cantidad de satélites. Sin embargo, esos datos precisos nos llegan desde hace apenas tres décadas, mientras que la observación sobre el terreno tiene más de 200 años. “En realidad contamos con algo más de tres décadas de observaciones espaciales”, asegura Thépaut. Los satélites meteorológicos empezaron a funcionar hacia mediados de los años 60. Antes de esa fecha las cosas estaban menos claras. Así que reemplazamos esos datos con observaciones más cualitativas; pero antes, lo que teníamos era el registros de datos geológicos”.
“En los últimos 10 años hemos conseguido muy buenas mediciones de las regiones polares”, apunta Shepherd. Gracias a la misión CryoSat, de la Agencia Espacial Europea, se ha explorado prácticamente todo el casquete polar norte y también el del Polo Sur. Antes creíamos que las capas de hielo polares estaban asentadas como gigantes dormidos inmutables, hasta que pudimos observarlas con satélite. Ahora vemos que de vez en cuando cobran impulso. De hecho, hay placas en Groenlandia que se mueven a una velocidad entre 5 ó 10 veces mayor que hace 20 años. El planeta Tierra hoy es muy diferente de cómo era cuando se firmó el Protocolo de Kioto en 1997”.
¿Cómo podremos asegurarnos de que se están cumpliendo las obligaciones vinculantes?
No hay que olvidar en esta cumbre del clima que las decisiones las toman los políticos.
Thépaut se muestra optimista: “la Comisión Europea está debatiendo sobre la necesidad de otro satélite Sentinel, o de una misión adicional, para controlar las emisiones de dióxido de carbono y así asegurarse de que lo que se ha prometido y decidido durante la cumbre del clima realmente se está cumpliendo.”
Y si nos proyectamos hacia un futuro aún más lejano, dentro de mil años. ¿Qué cosas podrían ocurrir?
“Creo que las predicciones sobre la capa de hielo para los próximos 1.000 o 10.000 años nos alertan sobre el hecho de que puede que no haya capa de hielo en Groenlandia, puede que no haya hielo marino polar en el Ártico”, nos confía receloso el profesor Shepherd. “Y si ese fuera el caso, el planeta Tierra sería completamente diferente. Así que esos escenarios improbables, pero posibles, deben tenerse en cuenta. Pero, claro no queremos angustiar a la gente con cosas que podrían ocurrir dentro de 10.000 años”.
¿Vivimos en un mundo completamente loco aunque intentemos imaginar que podemos controlar nuestro planeta?
Si pensamos en nuestro planeta en términos del sistema solar tenemos, por un lado, Venus, que es un ejemplo terrible de lo mal que puede resultar el cambio climático, y por otro lado tenemos a Marte, donde hay una especie de desierto helado.
“Bueno, ya introdujimos cambios en el siglo pasado, emitiendo enormes cantidades de carbono a la atmósfera”, argumenta Thépaut. “Así que también deberíamos ser capaces de tener un impacto positivo e invertir el cambio climático.”
Shepherd se muestra optimista respecto a las posibilidades de la tecnología:“Tengo fe en ella. La tecnología ha solucionado muchos problemas en el siglo XX. No hay razón para pensar que esto no se pueda resolver. Habrá que crear diferentes fuentes de energía en el futuro, creo que eso está clarísimo. Todo aquel que tiene intereses en ese sector lo sabe. Y por eso se están invirtiendo recursos para resolver este problema”.